El otro día hablaba con una persona y le contaba que estaba agobiada y harta de todo. Me quejaba de una a una de todas mis cosas y le decía que esperaba que algún día me saliese bien algo porque creía que ya estaba bien de que todo me fuese mal.
Entonces me dijo que no me quejase, que nosotras somos unas privilegiadas. Tenemos el bien más preciado y principal que puede querer, desear y necesitar un ser humano. Ese que sin él, el resto de las cosas carecen de importancia y es la salud, y luego además, tenemos un techo donde vivir, un plato en la mesa y una cama donde dormir. Nuestras necesidades primeras están más que satisfechas y el resto, pues si tiene que venir ya vendrá. Dios nos dio dos manos e inteligencia que desarrollar y utilizar para lograr obtener lo que queramos. (Esto último no lo dijo ella, lo digo yo). Ella está colaborando en una fundación que recauda dinero para los niños de África enfermos de lepra.
Estuve pensando en lo que me dijo y tiene toda la razón. Tengo que dar gracias por tener lo que tengo, aunque no me lo haya obtenido por mi misma sino más bien me lo han dado hecho, y además, tengo que luchar por lo que quiero obtener.
Referente al tema de la lepra, he estado mirando un poco por internet y he dado con estos artículos que quizás pudieran ser interesantes para conocer esta enfermedad. El primer enlace, el documento en pdf sobre la historia de la lepra en España, sólo lo he ojeado, pero lo leeré completo cuando tenga un tiempecillo:
Dejo el enlace de la página web de Fontilles. Una asociación de valencia sin ánimo de lucro cuyo objetivo es acabar con la lepra.
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